Se define revestimiento como todo elemento superficial que aplicado sobre otro elemento constructivo, mejora su aspecto estético y propiedades.
Existen dos tipos de revestimientos:
Continuos: Son productos preparados en fábrica y realizados in situ por aplicación directa sobre el paramento, pudiendo estar formado por una o varias capas de material, en forma más o menos pastosa y que se hace sólido por fraguado, hidratación, evaporación o polimerización, según el ligante utilizado (Pinturas, estucados, etc.).
Discontinuos: Están constituidos por materiales naturales o prefabricados, que se fijan al paramento mediante productos de agarre o piezas de anclaje (Solados y aplacados colocados de modo repetitivo).
Son la surgencia incontrolada de agua en un paramento, bien sea en su superficie o en toda su masa, tanto de gotas microscópicas como en forma de lámina de agua o goteo fácilmente visible.
De obra: Tiene como origen el agua empleada en la construcción de los paramentos. Proviene de:
Fábrica de ladrillo, bloque y mamposterías. El agua se incorpora a través del mortero de unión y en la humectación tanto de las piezas individuales como del conjunto de la fábrica.
Hormigón “ in situ”, la humedad procede de su amasado y del curado posterior.
Revestimientos continuos de mortero de cemento o cal y guarnecidos y enlucidos de yeso, con agua aportada también en el amasado, en la humectación del soporte previa a la aplicación y en el curado.
Revestimientos de baldosas, recibidas con mortero de cemento, con aportación de agua en el amasado del mortero y en la humectación previa del soporte y la baldosa.
Capilar: Es aquella que se produce como consecuencia de la ascensión del agua a través de su estructura porosa por el fenómeno de capilaridad. Puede proceder del suelo o de jardineras adheridas a la fachada. Se suele localizar en arranques de muros desde el terreno y en pavimentos de plantas bajas o sótanos, cuando no se ha interpuesto capa de drenaje ni membranas impermeables.
De filtración: La que aparece como consecuencia de la filtración de agua desde el exterior hacia el interior del cerramiento, y produce goteras en el caso de cubiertas y manchas en el caso de fachadas. Se puede producir por rotura de la membrana impermeable o el despegue de su borde, por errores o roturas en el solape intermedio entre tejas o en los aleros, en remates superiores (Cornisas y petos de terraza), en relieves, en huecos de ventana. En los dinteles superiores es posible la escurridura hacia el interior del agua que resbala por la fachada.
Las juntas de la propia carpintería exterior, si no está bien resuelta su estanquidad, puede facilitar la entrada de agua de lluvia. En paños ciegos se produce filtración a través del propio poro del material y a través de grietas y fisuras por la acción del agua y el viento.
De condensación: En este caso la humedad aparece como consecuencia de la condensación de vapor de agua que tiende a alcanzar en algún punto de su recorrido la temperatura de saturación o de rocío.
Condensación superficial interior: Se produce en la cara interior del cerramiento al ser la temperatura superficial interior inferior a la de rocío.
Condensación intersticial: Cuando se produce en algún punto del interior del cerramiento (tuberías de agua, etc.)
Accidental: Cuando alguna conducción de agua sufre una rotura provocando el paso del líquido al cerramiento que lo contenía o que estaba próximo, observándose una mancha de humedad.
La rotura del conducto se puede producir por sobretensión, por acción mecánica o por corrosión.
Grietas son todas aquellas aberturas incontroladas de un elemento que afectan a todo su espesor.
Fisuras son aquellas aberturas que afectan solamente a la superficie del elemento o a su acabado superficial.
En acabados continuos pueden adquirir forma de mapa o bien seguir la línea de grieta del soporte o junta de dilatación. También podemos observarlas en falsos techos y cielos rasos de escayola reflejo del forjado que los soporta.
En acabados discontinuos (aplacados, alicatados, etc.) la fisura seguirá la línea de rotura teórica rompiendo el elemento unitario. Un punto conflictivo es el anclaje, a través del cual se trasmiten los esfuerzos que llegan por el soporte y será posible punto de fisura.
Separación incontrolada de un material de acabado de su soporte. Esta separación se puede producir por varias causas y dependerá del material del propio acabado y del sistema de adherencia.
Acabados continuos y adheridos con morteros o colas: La unión entre acabado y soporte es teóricamente continua, bien por una junta superficial o por un producto adherente. Se pueden producir desprendimientos por las siguientes causas:
Por dilataciones, contracciones o movimientos del soporte.
Por dilatación de elementos que se han infiltrado (Agua y algunas sales).
Por falta de adherencia debido a una ejecución incorrecta:
Uso de morteros hidráulicos cuando el soporte no está convenientemente húmedo.
La superficie no está suficientemente limpia de polvo o de grasa.
La falta de rugosidad suficiente evita la penetración del producto.
Acabados colgados o anclados por puntos o líneas: El fallo está en la unión del elemento al anclaje, en el propio anclaje o en la unión del anclaje al soporte.
El primero suele ser por perforación del elemento de acabado o su rotura por pinzamiento.
El segundo se debe a la corrosión del elemento metálico o por superar su capacidad mecánica en esfuerzo cortante o de tracción.
El tercero puede fallar por arrancamiento cuando la unión no es suficientemente profunda o el material de unión no está bien aplicado.
Son la destrucción o alteración de la superficie de los materiales que constituyen la capa externa de los cerramientos. Se deben a la acción conjunta de diversos agentes exteriores y las características fisicoquímicas de los propios materiales.
Erosión mecánica: Es aquella en la que el agente erosionante tiene carácter mecánico y el resultado es una pérdida de material superficial.
Abrasión e impacto en pavimentos
Piedra: si la piedra tiene una superficie más o menos rugosa, la abrasión se notará más. Todo lo contrario si tiene una superficie pulida.
Baldosas cerámicas: es el tipo de cerramientos que presentan mayor variación. Y por lo tanto la erosión resultante también es diferente según el tipo. En las baldosas de barro suele ser suave, pero continua. En las plaquetas cerámicas de doble capa, el desgaste es muy llamativo, ya que afecta al vidriado, y acaba desapareciendo. En las plaquetas de gres sin vidriar el desgaste es más difícil y menos llamativo. En el gres compacto, ocurre algo parecido al anterior .
Madera: es uno de los materiales más blandos utilizados en pavimentos, pero al ser uno de los más tradicionales, sus técnicas de recuperación son abundantes.
Láminas continuas: las más corrientes son moquetas y plásticos. En ambos casos la resistencia a la abrasión es escasa y su recuperación imposible.
Abrasión e impacto en paredes
Los bajos de las paredes sufren la acción directa de las personas y de los objetos. De ahí la costumbre de protegerlos con zócalos. Suelen presentar menos problemas de erosión las paredes realizadas en materiales pétreos y cerámicos que las realizadas con maderas o láminas continuas. Los revestimientos a base de morteros continuos dan mejor respuesta que los enfoscados y revocos normales o los guarnecidos, tendidos y enlucidos de yeso.
Erosión física
Produce una pérdida de material superficial de modo más o menos lento y continuo. El agua es uno de los agentes erosionantes en los revestimientos de interior, se filtra por los poros del material y puede provocar dos efectos:
Aumento de volumen con la consiguiente dilatación diferencial de la superficie con respecto al interior del material (por ejemplo agua de limpieza sobre revestimientos de madera).
Disolución de partículas en el revestimiento, produciendo la inevitable erosión (por ejemplo marcos y puertas en aseos por salpicaduras).
Los cambios de temperatura puede provocar en materiales frágiles microfisuración.
Son el depósito de sales por cristalización en la superficie exterior de los cerramientos. Para que se produzca este fenómeno se deben dar otros tres fenómenos:
Existencia de sales solubles en algunos de los materiales del cerramiento.
Presencia de humedad.
Disolución y transporte de las sales hacia la superficie exterior del cerramiento.
Son eflorescibles, sobre todo, las calizas y areniscas. Son muy utilizadas tanto en cerramientos como en todo tipo de acabados (pavimentos, chapados, y remates).
En el caso de muros de mampostería, es muy frecuente encontrarlas en enfoscados y revocados.
En el caso de cerramientos antiguos, es probable que los poros estén obstruidos, por lo que no es fácil encontrar en ellos la lesión. Sin embargo es bastante habitual en chapados de piedra caliza más o menos actuales, y la sal suele provenir del propio chapado o del mortero que los trasdosa. Si es de cemento, se pueden producir las eflorescencias propias del mortero, y si es de escayola puede provocar la salida de sulfato magnésico.
Cuando la eflorescencia aparece en el pavimento, si se trata de humedad por capilaridad, las sales que cristalizan pueden provenir de alguno de los materiales constitutivos del acabado( baldosa y mortero), de la estructura( hormigón) o incluso del propio terreno.
OXIDACIÓN:
Es la transformación de los metales en óxido al entrar en contacto con el oxígeno. La superficie del metal puro o en aleación tiende a transformarse en óxido que es químicamente más estable, y de este modo protege al resto del metal de la acción del oxígeno.
CORROSIÓN:
Es la pérdida progresiva de partículas de la superficie del metal por un proceso electroquímico. No afecta sólo a la capa superficial sino a la totalidad del material. De no detenerse lo destruye completamente. Hay que tener en cuenta que el metal corroído aumenta de volumen, por lo que en el caso de corrosión de armaduras en hormigón se pueden producir grietas y desprendimientos.
Incluimos en este tipo de agresión todos aquellos asentamientos incontrolados de organismos vivos, que provocan lesiones en los materiales constructivos y distorsionan el aspecto original de la construcción. Pueden ser tanto animales como vegetales.
Animales
Coleópteros: Larvas que atacan a la madera seca. Los más importantes son: la carcoma grande (ataca a la madera de las coníferas), la carcoma vulgar (ataca la madera de coníferas y frondosas) y la polilla (ataca a ciertas especies frondosas).
Isópteros: Los más destacados son las termitas, que forman colonias en una organización social parecida a la de las hormigas y abejas. Pueden atacar a todo tipo de maderas, coníferas y frondosas, alimentándose de sus fibras. Excavan galerías paralelas a la fibra por el interior de la madera.
Vegetales
Hongos: Se pueden considerar como agentes que atacan, sobre todo, a la madera. En general la acción de los hongos requiere oxígeno y gran cantidad de agua.
Mohos: Son las especies de hongos más comunes en los revestimientos interiores, viven sobre materia orgánica en descomposición con la ayuda de la humedad. Son de diversos colores, desde muy claros a muy oscuros. Producen gases malolientes. Suelen aparecer sobre materiales pétreos. Se localizan en interiores y zonas húmedas y poco ventiladas:
Interiores de armarios.
Rincones próximos a elementos estructurales.
Buhardillas y desvanes sin ventilación.
