MADERA ALUMINIO, PVC Y VIDRIOS (VENTANAS) CERRAJERÍA
PROBLEMAS DE LAS CARPINTERIAS DE MADERA

La degradación de una pieza de madera se produce siempre desde fuera hacia dentro porque la parte más débil de la madera es la albura, que se encuentra en la zona exterior de la sección de la pieza. Además la superficie de mayor riesgo en una pieza de madera es la testa, es decir, el corte en un plano transversal a la dirección de las fibras, donde  presenta gran porosidad y capacidad de absorción de agua. La degradación de las piezas normalmente comienza en estas testas. En un edificio, existen zonas de mayor riesgo de presentar lesiones. Son lugares donde o bien es frecuente la formación de humedades o son puntos críticos estructurales como uniones de piezas o vanos en vigas y viguetas.

Tipología de lesiones, con sus manifestaciones más comunes:

Cambio de Coloración y Pudrición

Es muy frecuente encontrar cambios de coloración y pudriciones en las piezas de madera  que se apoyan en muros de fachada, ya que son puntos donde se puede acumular humedad.  Igualmente, en los forjados de cocinas o baños, por fugas de agua o condensaciones, se producirán contenidos en humedad adecuados para el desarrollo de hongos , manifestándose cambio de coloración y pudrición.

Cambio de coloración, producido por lo hongos cromógenos. La superficie se oscurece y se forma sobre la misma una pelusilla. No afecta a las propiedades mecánicas de la madera.

Pudrición, es la alteración y descomposición de la madera. Su efecto es la pérdida de densidad y resistencia, lo que afecta directamente a las propiedades mecánicas de la madera. Podrá  producir coloración marrón oscura que se pulveriza al tocarla, coloración blancuzca y aspecto fibroso, o tacto blando y esponjoso.

Fotodegradación

Se da sobre todo en las cabezas de las piezas de madera expuestas a la lluvia y a la radiación solar. En dichos elementos, pueden producirse pudriciones, que serán ligeras, ya que se trata de piezas muy ventiladas con pocas posibilidades de retención de la humedad. La radiación solar produce oscurecimiento de la madera hacia un tono marrón y posteriormente grisáceo. Dicha radiación actúa principalmente a través de los rayos ultravioleta y los rayos infrarrojos. Los productos degradados son eliminados por la lluvia, adquiriendo la superficie una coloración blanquecina. Pueden aparecer mohos, que viven de la humedad de la madera y de los productos de la fotodegradación.

Deformación, rotura y fendas

Las flechas en vigas de madera suelen ser, por lo general, más apreciables a simple vista que en otros sistemas constructivos. De todos modos, la madera se comporta muy bien cuando sobrepasa el límite elástico por flexión, y acepta grandes deformaciones. A veces se pueden producir roturas aisladas estando el resto del conjunto en buenas condiciones, generalmente debidas a un defecto, como un nudo. Las fendas o grietas a lo largo de las fibras de la madera se producen por movimientos de la madera a raíz de cambios de humedad dentro de la pieza.  Si son muy grandes disminuirán la capacidad mecánica de la pieza, y además, constituirán vías de penetración de hongos e insectos.

Pérdida de masa

Tanto las pudriciones como la acción de los insectos xilófagos, que se alimentan de la madera, producen una pérdida de masa en las piezas, que reduce peligrosamente sus propiedades mecánicas. Las termitas atacan principalmente la albura, y en su avance, dejan cavidades, siguiendo galerías paralelas a las fibras. El aspecto de la pieza atacada, una vez eliminada la capa superficial que dejan intacta, es el de una serie de laminillas de madera como hojas de libro. La carcoma, se alimentan de la madera durante su etapa de larva, produciendo galerías y orificios en la superficie. Son lesiones muy peligrosas ya que afectan directamente a las propiedades mecánicas de la madera. Se producirá en los lugares favorables a la formación de humedades.

Fracturación

Las pudriciones y la reducción de sección a raíz de hongos e insectos xilófagos, producen una disminución en la superficie de apoyo de la pieza, que acabará cayendo.

SOLUCION PARA CARPINTERIAS DE MADERA
PROBLEMAS EN LAS VENTANAS (ALUMINIO, PVC Y VIDRIOS)

La ventana ilumina y ventila  la vivienda. Durante mucho tiempo no se la consideró a tener en cuenta en el aislamiento del edificio. Hoy en día se exige que las ventanas además de estanqueidad y resistencia aporten aislamiento térmico y acústico.

En general, todas las viviendas construidas antes del año 1979 no cumplen las normativas básicas de condiciones térmicas y acústicas.

Desde el punto de vista de la resistencia térmica, la ventana constituye el punto débil del cerramiento, tanto por las excesivas ganancias de calor exterior expuesta al sol en verano, como por la pérdida de calorías procedentes del interior en invierno.

En invierno, el cristal de la ventana se comporta como una superficie fría que absorbe el calor radiante del ambiente interior, permite el paso del frío exterior a través de sus juntas y produce enfriamiento por efecto de la conductividad. La temperatura fría del vidrio puede originar la condensación del vapor de agua contenido en el aire del interior. Este agua de condensación debe ser recogida y evacuada para que no produzca deterioro en los materiales propios de la ventana o en los circundantes.

Durante el verano, si el edificio está dotado de acondicionamiento de aire, se comporta a la manera inversa: la superficie del cristal irradia calor hacia el interior y si no se toman las precauciones necesarias, permite el paso de los rayos infrarrojos del sol

Las pérdidas por permeabilidad dependen de la diferencia de presión entre el exterior e interior, diferencia que, a su vez, está influenciada por la velocidad del viento, por la altura del edificio y por el tiro térmico.

La penetración del aire y del agua de lluvia en las carpinterías se produce por:

- Holguras entre las hojas de puertas y ventanas: sistemas de cierre, falta de junquillos y burletes, etc.

- Holguras entre carpinterías y el paramento exterior en que se inscriben.

- Infiltraciones por los capialzados de las ventanas y por holguras de las cajas de las persianas.

 

Sucede con frecuencia que por no prestar la atención debida a la colocación de los herrajes o accesorios se producen cortes, orificios o punzonamientos que originan puntos de infiltración. Dichos puntos provocan corrientes de aire a mayor velocidad que impulsan hacia el interior infiltraciones rápidas de agua, de efectos especialmente dañinos sobre los elementos no resistentes.

Muchos de los problemas que se dan en las carpinterías se deben a que las ventanas son un conjunto de elementos: chasis, vidrio, herrajes, juntas, sellado, capialzados, persianas, etc. que para que resulte adecuado debería ser realizado y colocado por un único fabricante. De esta manera se podría personalizar la responsabilidad por el incumplimiento de las prestaciones exigibles. En ocasiones fabricadas por el carpintero, colocadas por el constructor y acristaladas posteriormente por el vidriero. El resultado final no es el idóneo y resulta difícil decidir quién tiene la responsabilidad. Las soluciones monobloques pueden resolver estos problemas.

Los problemas acústicos que presentan las carpinterías se deben a la existencia de puentes que se producen:

- Entre el cerco y la fábrica

- Entre el cerco y la hoja

- Por el propio acristalamiento que es insuficiente

 

La mayoría de las fachadas de los edificios no cumplen con el valor global de aislamiento acústico. Si se realizan los cálculos fijados por la Norma NBE-CA-88 de Condiciones Acústicas en los Edificios, la superficie ciega cumple el aislamiento requerido, 45 dBA, mientras que la superficie acristalada no cumple la Norma, que fija el aislamiento mínimo global de las fachadas en 30 dBA.

Obras de rehabilitación de fachadas y reparación de ventanas en Avda. Costa de la Luz, Chipiona (Cádiz)

SOLUCION PARA LAS VENTANAS
PROBLEMAS EN LAS CARPINTERIAS METALICAS: CERRAJERIAS

 

DEFORMACIONES EXCESIVAS:

Se refiere a la deformación de los elementos metálicos cuando ésta es superior a lo seguro o permisible. Las deformaciones suelen estar causadas por dos tipos de acciones:

Acciones mecánicas: producidas por una carga que si incide sobre un elemento que trabaja a FLEXIÓN producirá flecha excesiva, si afecta a un elemento que trabaja a COMPRESIÓN, producirá pandeo excesivo.

Acciones térmicas: resultado de someter al elemento metálico a elevadas temperaturas. Las causas de estas elevadas temperaturas pueden ser desde la radiación solar al fuego.

Tanto las acciones mecánicas como las térmicas producirán deformaciones que, siempre que se sitúen por debajo del límite elástico del metal en cuestión podrán ser reversibles. Sin embargo, tanto cargas de gran magnitud como las exposiciones al fuego prolongadas pueden producir deformaciones irreversibles que en ocasiones el edificio no puede asumir sin la necesaria reparación.

ROTURA DÚCTIL:

La rotura de la mayoría de los elementos metálicos viene precedida de un estado de deformación previa que, por lo general, permite la detección del problema con suficiente antelación y la acometida oportuna de medidas paliativas. Aun así, en ciertos elementos, la combinación de grandes cargas y secciones escasas producen rápidos procesos de deformación y rotura. Suele ser el caso de chapas y conectores.

ROTURA FRÁGIL:

Existen casos concretos en los que los elementos metálicos pueden sufrir rotura frágil y no dúctil, como corresponde a los metales. Los casos más comunes de este tipo de rotura son:

Desgarro laminar: Rotura o fisuración en el sentido de la laminación de estructuras de acero que produce un dibujo escalonado con tramos longitudinales mucho mayores a los transversales. Afecta al acero cuando incorpora inclusiones no metálicas en el proceso de laminado.

El origen o causa de esta deformación y fisuración puede encontrarse tanto en la elección del material de las soldaduras, que al retraerse puede producir tensiones en dicha dirección, como en el diseño de las uniones y nudos, que también pueden favorecer la aparición de tensiones perpendiculares a la dirección de laminación.

Rotura por fatiga:  Rotura o fisuración resultado de una modificación permanente y localizada del metal. Este proceso se ve favorecido cuando la estructura del metal presenta cristalización, que puede venir causada por un sobrecalentamiento excesivo, por ejemplo, durante el proceso de soldado.

Este tipo de lesiones tienen difícil reparación y en la mayoría de los casos pasa por la sustitución parcial del elemento.

EROSIÓN:

Es el desgaste o pérdida de sección en el metal por la acción abrasiva del viento o el agua.  La erosión en estos casos supone un doble proceso, mecánico y químico al actuar conjuntamente con la oxidación. La erosión produce el desprendimiento de las partículas de óxido, con menor resistencia, y favorece la aparición de un nuevo proceso de oxidación.

OXIDACIÓN:

Es la reacción de la superficie de un metal con el oxígeno del aire o del agua produciendo una capa superficial de óxido metálico que puede derivar en una pérdida de capacidad resistente del elemento al verse reducida su sección. El hierro y sus aleaciones (entre ellas los aceros) forman una capa de óxido porosa que además permite la acumulación de agua y favorece el proceso y la aparición del fenómeno de corrosión electrolítica. La mejor opción frente a la oxidación es la prevención, aunque también es posible la reparación y de evitar su aparición, sobre todo cuando su estado es tan avanzado que supone riesgo de pérdida en la capacidad portante del elemento metálico en cuestión.

Por otra parte, el acero CORTEN, se presenta como excepción, ya que la aleación que lo constituye da lugar a un óxido especial que se caracteriza por una mayor consistencia y unas características mecánicas capaces de proteger al resto del metal.

CORROSIÓN:

Se debe a la formación de un par galvánico entre el hierro y el hidróxido de hierro fruto de la oxidación por sus diferencias de potencial electroquímico. El medio de intercambio de electrones (electrolito) entre ambos es el agua que se acumula en los poros de la capa de óxido. Así, el hierro presente en el acero se establece como ánodo (polo negativo) y el hidróxido de hierro como cátodo (polo positivo), produciendo una corriente de electrones del primero al segundo, causa de la descomposición del acero.

SOLUCION PARA LAS CARPINTERIAS METALICAS