Prestaremos especial atención a las patologías que observemos en los techos por cuanto pueden afectar al soporte vital del edificio: Su estructura.

La mayoría de las estructuras de los edificios se fabrican con hormigón armado. En la composición del hormigón intervienen:

Cemento. Proporciona la cohesión del hormigón.

Agua. Es necesaria para la hidratación y fraguado, proporciona la fluidez necesaria para la posterior puesta en obra del hormigón, reduciendo su retracción durante el proceso de curado.

Es preferible la menor cantidad de agua posible (mayor resistencia y durabilidad).

Aridos. Suponen entre el 75% y el 80% del volumen del hormigón contribuyendo a dotar de resistencia al mismo, por lo que deben presentar una buena adherencia a la pasta de cemento.

Aditivos. Productos que añadidos al cemento corrigen sus características mejorando algunas de sus prestaciones. Su utilización no corrige un hormigón defectuoso o mal amasado, su incorporación debe estar prevista con anterioridad y su dosis no superar nunca el 5% del peso del cemento.

Adiciones. Se suelen emplear cenizas volantes o humo de sílice, la adición de las primeras retarda el fraguado, mejora la trabajabilidad y la durabilidad del hormigón, y reduce la exudación, la velocidad de endurecimiento y el calor de hidratación. Se añaden en centrales y en proporciones mayores a los anteriores.

Armaduras. Utilizadas en el hormigón armado, aportan resistencia a tracción. Su dilatación es compatible con la del hormigón.

La fisuración se trata de una rotura en la masa del hormigón que se manifiesta exteriormente con un desarrollo lineal. La determinación de las causas que han provocado las fisuras es importante como medida previa a la reparación.

Las fisuras pueden ser la vía por la cual pueden entrar en el hormigón agentes agresivos de tipo químico. No hay que pensar, que las estructuras fisuradas de hormigón son siempre peligrosas, lo que importa conocer es el tipo de elemento estructural en que han aparecido y la naturaleza de las fisuras. Éstas son especialmente peligrosas cuando sobrepasan determinados espesores y cuando están en determinados ambientes.

Si tenemos en cuenta el momento en el que aparecen en el hormigón, distinguimos fisuras que se manifiestan en estado plástico y las que tienen lugar en el endurecido.

En todo proceso de fisuración se pueden observar dos etapas: una microfisuración inicial (espesor inferior a 0,05 mm y no apreciable a simple vista) y una macrofisuración posterior.

Podemos distinguir:

Fisuras estabilizadas o muertas, aquellas que son estables, no crecen.

Fisuras en movimiento, aquellas en las que la fisuración continúa normalmente con una velocidad decreciente hasta llegar a la estabilización

Fisuras vivas en las que la abertura es variable de acuerdo con la temperatura, con los esfuerzos dinámicos, etc.

FISURAS DE RETRACCIÓN PLÁSTICA:

Propias del hormigón fresco , aparecen por un retraso en el curado del hormigón. Se producen fundamentalmente en las primeras horas después de su vertido. La aparición de estas fisuras es mas frecuente en tiempo seco, soleado y sobretodo con viento. Las fisuras de retracción plástica suelen ser superficiales con aberturas que oscilan entre 2 y 3 mm y van decreciendo conforme van profundizando en la pieza. Este tipo de fisuras son muy frecuentes en las losas de hormigón.

El asentamiento de los áridos hacia el fondo del encofrado y el desplazamiento del agua a la superficie provoca una fisuración que sigue las líneas de la armadura. Se trata de fisuras amplias y poco profundas, de escasa trascendencia estructural, aunque pueden tener incidencia en la corrosión de las armaduras al dejarlas desprotegidas. Suelen aparecer generalmente durante las primeras horas después del vertido del hormigón.

El secado también puede provocar fisuración: Suele tener una anchura constante y un trazado limpio sin entrecruzarse ni ramificarse. Estas fisuras son muy estrechas, del orden de 0,05 a 0,1 mm de anchura. Tampoco son profundas. Pueden aparecer a partir de las dos o tres semanas desde el vertido del hormigón, pero el riesgo de su aparición persiste en condiciones normales hasta uno o incluso tres años, en función de las condiciones de sequedad atmosférica.

FISURAS DE ENTUMECIMIENTO HIDRAÚLICO:

Aquellas que aparecen a consecuencia del aumento de volumen del hormigón y como consecuencia de su contacto permanente con el agua. Son menos peligrosas que las de retracción debido a la menor resistencia a tracción de los hormigones.

FISURAS TÉRMICAS

Son de escasa profundidad (algunos milímetros o centímetros). A veces son tan finas que sólo se observan si se humedece con agua la superficie. Las diferencias de temperatura dentro de la masa del hormigón producen cambios volumétricos diferenciales en la misma y cuando la tensión de tracción generada es superior a la resistencia del hormigón se produce la rotura del mismo.

Fisuras de dilatación: El hormigón se contrae con el frío y con el calor aumenta su volumen. Si no se determinan estos movimientos en la estructura se llegará a la fisuración porque el movimiento no queda absorbido por una red de juntas debidamente situadas.

Fisuras por contracción térmica inicial: Suelen aparecer entre el primer y quinto día después del vertido, cuando el hormigón ha finalizado ya su fraguado. Abundan especialmente en los muros de contención, en las losas y en aquellos elementos de espesor considerable.

FISURAS DE ORIGEN QUÍMICO

Las reacciones químicas producidas entre algunos tipos de áridos silíceos y los álcalis existentes en el hormigón, el ataque de ácidos, sulfatos etc., pueden dar lugar a movimientos expansivos que se manifiestan inicialmente con la fisuración superficial del hormigón.

Fisuras por corrosión de la armadura: Las fisuras debidas a la corrosión de las armaduras y su consiguiente expansión son paralelas a la dirección de la armadura. La armadura se corroe por escasez de recubrimiento o por falta de capacidad de protección del hormigón. La formación de óxido sobre la barra de acero ejerce presión sobre el recubrimiento provocando su estallido. Por lo general, las fisuras aparecerán manchadas de óxido, por lo que esta patología es muy fácil de detectar.

FISURAS DEBIDAS A ACCIONES MECÁNICAS

Aquellas que aparecen en los elementos estructurales cuando se ha producido el agotamiento del hormigón.

Fisuras por compresión: Son paralelas a la dirección del esfuerzo. La separación entre ellas es muy variable y su trazado es irregular debido a la heterogeneidad del hormigón. A diferencia con las de tracción, las de compresión empiezan a hacerse visibles con esfuerzos inferiores a los de rotura y van aumentando de tamaño de forma continua.

Fisuras por tracción: Aparecen repentinamente. Presentan superficies perpendiculares a la dirección del esfuerzo. Son fisuras poco frecuentes en el hormigón armado ya que lo impide las armaduras.

Fisuras por flexión: En el caso de las vigas, este tipo de rotura se presenta frecuentemente, aunque en forma de fisuras muy repartidas.

Fisuras por cortante: Suelen aparecer en el alma de las vigas sometidas a flexión y van progresando hacia las armaduras para llegar finalmente hasta los puntos de aplicación de las cargas por lo cual dividirán las piezas en dos partes.

Fisuras por torsión: Este tipo de fisuras es frecuente en estructuras de edificios cuando existen brochales que arriostran pórticos de luces descompensadas y cuando no se ha tenido en cuenta el efecto de torsión que se origina.

Fisuras de punzonamiento: Por lo general, se localizan en ábacos de los forjados reticulares y en las uniones de vigas planas con pilares. Los fallos de punzonamiento son frecuentemente de tipo frágil y han sido origen de numerosos hundimientos.

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