Las fachadas suponen algo más que un cerramiento para el edificio, ya que lo protege y aísla del exterior.
La construcción de la fachada estará ligada a otros aspectos constructivos, como son la climatización prevista en el interior, el tipo de cubierta utilizada, el tipo de estructura, etc…
Las fachadas, presentan puntos singulares que podrán originar patologías, como son las coronaciones y remates, las esquinas, los huecos, los vuelos, balcones, cornisas y los zócalos. En estas zonas singulares los problemas más frecuentes que se pueden dar son debidos a la corrosión de los paramentos, a los desprendimientos en los revestimientos, a las fisuras y humedades de los muros y a la permeabilidad de los cerramientos.
HUMEDAD DE OBRA: Es la que procede de los propios materiales de construcción: morteos, hormigo-nes, ladrillos, etc. Sólo se da en obra nueva.
HUMEDAD POR FILTRACIÓN:
Se debe al paso de agua procedente del exterior.
HUMEDAD CAPILAR:
Generalmente se da por absorción de la humedad del terreno u otras zonas húme-das. Suele darse en plantas bajas o sótanos
CONDENSACIÓN: Es la formación de gotas de agua por el enfria-miento de la superfi-cies en contacto con el aire. Se produce por deficiencias en los aislamientos.
EFLORESCENCIAS:
Afloramiento de sales en presencia de humedad.
HUM. ACCIDENTAL:
Generalmente se produce por rotura o avería de una conducción de agua.
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Proviene del agua utilizada en la propia construcción del edificio. Se produce cuando no se consigue un secado suficiente antes de la aplicación de acabados o antes de la ocupación.
Este fenómeno ocurrirá en todos aquellos cerramientos realizados con la llamada “obra de fábrica” y en sus acabados superficiales en los que intervenga mortero (fábrica de ladrillo, bloques y mamposterías, hormigón “in situ”, revestimientos continuos de mortero, guarnecidos de enlucidos de yeso, revestimientos de baldosas, …).
Los materiales de construcción tienen un proceso de secado muy lento y al ocupar el edificio sin haber concluido este proceso, la producción de vapor propia del uso dificulta el secado. La aplicación de revestimientos decorativos impermeables obstaculiza también el proceso de secado. Se pueden llegar a formar zonas húmedas generalmente en caras inferiores de los forjados. La humedad de obra hemos de descartarla en edificios no recientes, puesto que sólo puede aparecer al terminar la obra.
Se produce cuando el agua pasa al interior a través del cerramiento como por ejemplo el paso de la lluvia entre tejas rotas o movidas.
En fachadas se pueden distinguir varios tipos de humedades de filtración:
En los remates superiores (cornisas y petos de terraza) es frecuente la filtración por los bordes o por las juntas de las piezas. Ello se produce sobre todo cuando la albardilla (pieza de remate) es insuficiente o inadecuada (poco impermeable, con escaso vuelo en los dos frentes o con juntas muy abiertas entre piezas).
En todo tipo de relieves (molduras , balcones, etc.).
En huecos de ventanas.
En los paños ciegos, a través del propio poro del material constitutivo del cerramiento y a través de grietas y fisuras.
Se debe establecer la relación de la humedad con fenómenos que sean naturales o no. En los remates superiores, las filtraciones en albardillas y petos de terrazas no suelen ofrecer dudas, ya que difícilmente coinciden con otro tipo de humedad.
En los relieves puede ser necesaria una pequeña “cala” para observar el recorrido. En huecos de ventana es conveniente repasar meticulosamente los sellados reponiendo las zonas destruidas. En los paños ciegos puede confundirse con otros tipos de humedades. Se realizarán reparaciones puntuales en aquellos puntos conflictivos donde encontremos grietas o fisuras, falta de material de acabado, proximidad de jardineras, etc.
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Tiene su origen en un foco húmedo y puede proceder de una filtración anterior.
Su extensión depende de la capilaridad de los materiales que atraviesa, de la cantidad de agua que puede admitir la superficie expuesta y de la posibilidad que tenga de secarse desde el interior.
Aparece más en las zonas bajas de los edificios (sótanos, muros de contención…) y en la proximidad de instalaciones húmedas. En el arranque de los muros desde el terreno la humedad asciende tanto por el interior del cerramiento o como por su exterior. Este tipo de humedad puede manifestarse también por la aparición de manchas salinas en la superficie de evaporación o por el desprendimiento de los revestimientos.
La presencia de una banda oscurecida en las zonas bajas de la edificación suele ser el primer síntoma que delata la existencia de este tipo de humedades.
Los revestimientos de los muros pueden degradarse y llegar a desmoronarse como consecuencia de la acción eflorescente de las sales y del agua capilar. La altura capilar es mayor y más intensa en las fachadas orientadas al norte. En las fábricas de poco espesor, el contenido de humedad es uniforme en toda su anchura, mientras que en muros más gruesos se incrementan levemente hacia su mitad como consecuencia de la menor evaporación existente. En los paños ciegos, el volumen de humedad suele ser constante en la parte central, mientras que decrece en las proximidades de las esquinas.
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Se produce al alcanzar el aire la temperatura de rocío sobre superficies frías. Se forman gotitas que se depositan sobre estas superficies, no existiendo una penetración de agua, sino un cambio de estado físico (Por ejemplo, el chorreo en alicatados de cocinas y baños cuando hay una gran producción de vapor en la estancia).
Condensación superficial interior. El síntoma es un evidente goteo. La causa suele estar en un aislamiento insuficiente del cerramiento, sobre todo en puentes térmicos, puntos en los que se transmite al interior la temperatura exterior, por ejemplo, los acristalamientos.
Condensación intersticial. Cuando la condensación se produce en algún punto del interior del cerramiento, por ejemplo la que provocan las tuberías de agua fría alojadas en tabiques.
Condensación higroscópica. Cuando la causa fundamental es la presencia de sales higroscópicas que absorben y acumulan humedad en el interior de los poros de los materiales.
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Grietas es toda aquella abertura incontrolada de un elemento superficial que afecta a todo su espesor. Fisura es toda aquella abertura incontrolada que afecta solamente a la superficie del elemento.
Será necesario identificar la lesión atendiendo a la forma de la grieta o fisura, su situación en la unidad constructiva y el material en el que aparece.
También hay que atender a la evolución temporal, estableciendo el momento en que pudo aparecer la lesión (los bordes limpios implican plazo corto de tiempo) y conocer la separación o aproximación más o menos periódica de los bordes de la grieta, mediante diversos métodos, (testigos de yeso, mediciones con extensómetros, etc.).
En función de la solución constructiva del cerramiento lesionado, se podrá establecer un porcentaje de movilidad por debajo del cual podrá considerarse la grieta estabilizada.
Se atenderá a los siguientes aspectos para observar su funcionamiento y posibles empujes:
-Encuentros entre cerramiento y estructura
-Disposición de los elementos de fábrica
-Uniones entre cerramientos
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Un desprendimiento en fachada es la separación incontrolada del material de acabado. Sus efectos directos son principalmente el deterioro estético su la peligrosidad para las personas. Al desprendimiento acompaña la corrosión de elementos que deberían encontrarse tapados por el acabado.
EN ACABADOS CONTINUOS: Enfoscados, revocos, guarnecidos, tendidos, enlucidos y pinturas. Se producen por pérdida de adherencia debida a movimientos elásticos del soporte (dilataciones y contracciones), o bien por penetración de otros elementos como agua o sales que separan el acabado del soporte. También puede deberse a una mala aplicación: Falta de humedad en el soporte, suciedad, exceso de agua en el mortero de acabado, secado excesivamente rápido, poca rugosidad del soporte. Otras causa puede ser el envejecimiento o la acción de los agentes meteorológicos sobre los revestimientos y pinturas que provoca su retracción y desprendimiento.
EN ACABADOS DISCONTINUOS: Enfoscados, alicatados, chapados, aplacados, ... En general, elementos sujetos al soporte mediante adherentes o fijaciones. Los desprendimientos se producen por degradación y debilidad de las piezas, pérdida de adherencia en los morteros de pegado por variaciones de temperatura, o por corrosión y rotura de las fijaciones mecánicas.
Obras de rehabilitación y aislamiento de fachadas en Urbanización Doña amparo, Chipiona (Cádiz)
LA SUCIEDAD se produce principalmente por el depósito de partículas contenidas en el aire (polvo atmosférico) que se acumulan diferencialmente según sea su exposición a los agentes atmosféricos: viento y lluvia. La geometría de la fachada (huecos, resaltes, ...) determinará zonas de acumulación por lavado diferencial (churretones). Por otro lado los agentes orgánicos como hongos y mohos se adhieren a las superficies húmedas y porosas, en especial en resaltes donde se acumule tierra. Hay que añadir también la suciedad que proviene de agresiones o interacciones de seres vivos y personas.
LAS EFLORESCENCIAS son lesiones químicas que se producen al cristalizar en la superficie sales (generalmente sulfatos) que originalmente estaban en el material de cerramiento y afloran en presencia de humedad. Pueden darse de varios tipos:
En ladrillos y bloques cerámicos: Se origina durante la construcción por la propia humedad de la obra en ladrillos y morteros, o bien por infiltraciones de agua, o incluso por humedades procedentes del terreno o cimentación.
En ladrillos y bloques de mortero: Dependerán del tipo de árido y cemento que se utilice. Si proceden de áridos se manifestarán en el centro de los bloques y si proceden del mortero, en su perímetro.
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Son efectos destructores que los agentes externos producen en los materiales de construcción. Afecta a la superficie del material, y en el caso de fachadas a la zona de encuentro con el suelo y las esquinas. En estas zonas se precisa de materiales de protección más duros (zócalos), siendo los acabados pétreos los más aconsejables junto a los morteros continuos.
Las erosiones pueden ser de varios tipos:
EROSIONES MECÁNICAS:
Actúan de dos formas: La abrasión (o proceso erosivo lento) y el impacto (o golpe de forma rápida).
Las producen los seres vivos y objetos que interactúan con el edificio y lo desgastan de forma natural, localizándose en los elementos de mayor uso, sobre todo en el encuentro de la fachada con el suelo. También el viento desgasta la superficie arrastrando partículas ya disgregadas produciendo una abrasión lenta. Las plantas erosionan al levantar el material inmediatamente encima de las raíces.
EROSIONES FÍSICAS:
Producidas por el agua que se filtra en los poros superficiales provocando cambios de volumen o dilataciones. Los cambios de temperatura en forma cíclica de frío-calor fisuran el material.
EROSIONES QUÍMICAS:
Mediante reacciones químicas entre agentes incompatibles, manifestándose como costras, ampollas, degradaciones provocados por compuestos químicos, entre los que destacan el dióxido de carbono, dióxido de azufre, fluoruros, agua pura,álcalis del cemento, microorganismos y líquenes.
