En la reparación de la humedad de obra se deberá proceder al secado adecuado del cerramiento hasta alcanzar su “equilibrio” y se deberá reponer el acabado. El secado puede ser natural o artificial:

SECADO NATURAL: Lo facilitamos realizando una serie de agujeros uniformemente distribuidos en la zona húmeda. Si la aireación es temporal, basta con el orificio practicado directamente que después se cubre al rehacer el acabado. Si se pretende dejar la aireación permanente deberemos introducir unos tubos perforados que permitan el secado continuo.

SECADO ARTIFICIAL: Pretende conseguir la extracción acelerada de la humedad. Existen varios procedimientos:

Los calefactores que proyectan aire caliente sobre la superficie del cerramiento.

Los deshumidificadores que absorben la humedad.

La electroósmosis que evita el ascenso de agua por capilaridad y elimina la humedad a haciéndola pasar a otro elemento en contacto con nuestro cerramiento.

ACABADO DEFINITIVO: una vez eliminada la causa de la lesión, podemos proceder a la corrección del efecto. Habrá que aplicar el nuevo acabado obedeciendo a las normas de su correcta ejecución.

La prevención consistirá en asegurarnos de que el cerramiento en cuestión está suficientemente seco cuando vayamos a aplicarle el acabado correspondiente.